El derecho a la desconexión digital es el derecho de las personas a desconectarse de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) cuando así lo deseen. Este derecho se basa en el principio de que las personas deben tener control sobre su propio tiempo y espacio, y sobre la forma en que se relacionan con las TIC.
La Ley de Servicios de la Sociedad de la Información y de Comercio Electrónico (LSSI-CE) española reconoce el derecho de las personas a desconectarse de las TIC en el artículo 6.3. En este artículo se establece que “Los prestadores de servicios de la sociedad de la información y de comercio electrónico garantizarán a los usuarios el ejercicio del derecho a la desconexión, a través de mecanismos sencillos y eficaces, como la posibilidad de cancelar la suscripción a los servicios o de bloquear el acceso a los contenidos”.
Para llevar a cabo este derecho, las personas pueden utilizar varias técnicas, como limitar el uso de las TIC a ciertos horarios del día, establecer límites en el uso de determinadas aplicaciones o sitios web, o simplemente apagar el dispositivo cuando no se esté usando.
También es importante tener en cuenta que el derecho a la desconexión digital no es absoluto, y que las personas deben respetar los derechos de los demás. Por ejemplo, si se está utilizando una aplicación de mensajería instantánea para comunicarse con un amigo, no se debe dejar de responder de forma indefinida. En cambio, si se está utilizando una aplicación de mensajería instantánea para comunicarse con un compañero de trabajo, es posible que se deba responder de forma inmediata si se trata de un asunto laboral.
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