La ley de startups se basa en la idea de que las startups son una fuente de innovación y empleo, y por lo tanto deben tener acceso a una serie de beneficios para facilitar su desarrollo.
Para llevar a cabo la ley de startups se necesita una serie de requisitos, como por ejemplo, que la startup tenga menos de cinco años de antigüedad, que esté involucrada en actividades de investigación y desarrollo, y que tenga un modelo de negocio innovador.
Una vez cumplidos estos requisitos, las startups pueden acceder a una serie de beneficios, como exenciones fiscales, ayudas a la investigación y el desarrollo, y acceso a fondos de inversión.
La ley de startups está diseñada para facilitar el desarrollo de las startups y fomentar la innovación en España.
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