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Por qué una startup debería tener un CTO desde el propio MVP (y cómo puede conseguir uno sin morir en el intento)

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En el acelerado ecosistema de las startups, muchas veces se pasa por alto la importancia de contar con una figura tecnológica sólida desde el inicio. La visión de negocio es clave, pero sin una ejecución técnica adecuada, las ideas más brillantes pueden quedarse en el camino. Aquí es donde entra en juego el CTO (Chief Technology Officer), una figura que asegura la correcta dirección técnica del proyecto. La falta de este rol expone a las startups a una serie de problemas críticos que pueden comprometer su viabilidad, especialmente en la fase temprana del desarrollo de productos.

Los problemas de no contar con un CTO

Las startups suelen enfrentarse a la presión de lanzar rápido y operar con recursos limitados. En este contexto, muchos emprendedores creen que pueden posponer la incorporación de un CTO hasta fases más avanzadas. Sin embargo, esto puede llevar a problemas graves que afectarán tanto la estabilidad como la escalabilidad de su producto.

  1. Desarrollo desalineado con los objetivos del negocio: Sin una persona que guíe el desarrollo tecnológico de forma estratégica, las decisiones técnicas pueden tomarse sin considerar los objetivos a largo plazo. Esto genera productos que, aunque funcionales, no están diseñados para crecer o adaptarse a las necesidades futuras del mercado.
  2. Falta de control sobre el equipo técnico: En la mayoría de las startups, los desarrolladores juegan un papel crucial. Sin un líder técnico que los oriente, es fácil que el equipo pierda el enfoque. El CTO actúa como puente entre los fundadores no técnicos y el equipo de desarrollo, asegurando que las decisiones técnicas apoyen la visión de negocio.
  3. Dificultad para tomar decisiones tecnológicas críticas: Elegir las tecnologías adecuadas para construir un MVP (Producto Mínimo Viable) puede ser un desafío. Si se toman malas decisiones al principio, es probable que se enfrenten a mayores costos de mantenimiento, problemas de seguridad y dificultades para escalar el producto en el futuro.
  4. Problemas de calidad en el producto: Sin una figura que asegure que las mejores prácticas en desarrollo, testing y seguridad sean implementadas desde el inicio, los errores de programación o una arquitectura débil podrían terminar costando mucho tiempo y dinero. Además, un producto mal construido daña la imagen de la startup y dificulta futuras rondas de inversión.

CTO as a Service: una solución accesible desde el MVP

No todas las startups cuentan con los recursos para contratar un CTO a tiempo completo desde el inicio. Sin embargo, la figura del CTO sigue siendo esencial. Aquí es donde entra en juego el concepto de CTO as a Service: un servicio flexible y escalable que permite a las startups disponer de una dirección técnica estratégica sin asumir el costo de un puesto permanente.

Un CTO as a Service aporta el conocimiento y la experiencia de un CTO, pero de forma adaptada a las necesidades específicas de la startup. Esto es especialmente valioso durante el desarrollo del MVP, cuando se están tomando las decisiones más críticas que determinarán el futuro técnico del producto.

  1. Dirección técnica ajustada a las necesidades del MVP: Un CTO as a Service puede ayudar a definir la arquitectura del sistema y seleccionar las tecnologías más adecuadas para el MVP. Además, aporta una visión a largo plazo para evitar problemas de escalabilidad o cuellos de botella técnicos en el futuro.
  2. Control sobre el equipo de desarrollo: Aunque no esté presente de forma permanente, un CTO as a Service puede supervisar al equipo de desarrollo, asegurando que los procesos y las metodologías sean las correctas. Esto garantiza que el producto final tenga la calidad necesaria para salir al mercado y sea capaz de evolucionar conforme crezca la startup.
  3. Ahorro de costos en fases iniciales: La flexibilidad de contratar un CTO as a Service permite a las startups disponer de una dirección técnica a tiempo parcial o en momentos puntuales, lo que significa una reducción de costos significativos. De esta forma, se optimiza la inversión en tecnología y se minimizan los riesgos de errores costosos.
  4. Visión estratégica desde el inicio: Contar con un CTO desde el inicio, aunque sea de forma externa, asegura que las decisiones técnicas estén alineadas con la visión de negocio. El CTO as a Service no solo es un apoyo en la ejecución del MVP, sino que también trabaja en la estrategia tecnológica para las siguientes fases de crecimiento.

Como menciona Diego Manuel Béjar, que ofrece servicios de CTO as a Service especializado en startups, «iniciar un proyecto sin una dirección tecnológica clara es como construir una casa sin planos: al principio puede parecer que todo va bien, pero tarde o temprano las grietas empiezan a aparecer y es probable que la única forma de seguir con el proyecto sea tirarlo todo abajo para volver a empezar».

El CTO as a Service se ha convertido en una solución clave para que las startups puedan acceder al conocimiento y la experiencia de un CTO desde las primeras etapas del proyecto, sin comprometer su presupuesto o retrasar su desarrollo. La dirección técnica estratégica desde el MVP no solo evita errores, sino que garantiza que la startup esté preparada para crecer, escalar y adaptarse a los cambios del mercado sin contratiempos.

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